viernes, 4 de mayo de 2012

El desvanecer del miedo.


Debo confesar que estaba petrificado. No se si pase bien la noche. Vi a algunos amigos ayer y me sentí tan extraño a la conversación. Durante la mañana se asalto el común sentimiento de olvidar algo.
Cómo si hubiera dejado de hacer algo que tenia que hacer y no lo hice. Al llegar al aeropuerto me vi en la necesidad de dejar un libro en el aeropuerto, justo arriba de un teléfono publico. Escribí mi nombre en la ultima pagina en blanco así como mi teléfono. No espero que regrese. Quizá quien lo encuentre crea que tal numero es una clave y las paginas el camino para descifrar. Durante el viaje trate de leer como alguien enseñaba a escribir a los rusos del siglo 1700, no pude mas que con 3 paginas. Empece a oír algo de música después de un breve refrigerio. Sonidos extravagantes y tan sencillos hacían del vuelo algo espectacular. Ver secciones de la corteza terrestre totalmente planas y otras accidentadas raramente como lunares o verrugas de la cara. 
Después la estatua de león se insinuaba algo. Había escuchado acerca de la etimología de la palabra pantalón y sus orígenes venecianos. La comedia italiana después del invento turco es algo interesante. Después el comentario feminista de la notables mujeres que se animaron a usar pantalones. Quedo una referencia hacia un libro titulado “El vestido habla”. Pienso que podría tener alguna idea sobre mis costumbres, pero me parece totalmente irrelevante y mundano.
Ahora después de un descanso estoy en un hostal enfrente de la estación de trenes, escribiendo esto acompañado por la música de Satie. Es relajante, el miedo se viene desvaneciendo. Siento que ya no controlo mis impulsos. Aunque tenga miedo sigo estando ahí, aquí. Se que tendré que salir a hacer lo que debo de hacer para llegar a la península pero no tengo un plan. Solo se que tengo que continuar.

lunes, 23 de abril de 2012

Divagar. Leer.



Oh duros y graves libros, mira que encarcelar la miel de tus ideas en largas filas de simbolos resulta a veces tedioso. Desde los largos prólogos que permites a escritores solitarios, hasta las inexorables citas de sus semejantes, que resultan en gestos vagos de desdenes de quien busca con desesperanza en alguno de tus símbolos, reposo. Gravitación de humanos alrededor de tu colmena, todos buscamos satisfacer las necesidades mas profundas con ideas.

Pero no es tan grave tu falta, sino mas lo es mi impaciencia. ¿por que esperar que todo ha de ser sen facil y sencillo? Tu,

Vida, que me has ensañado que todo lo que tienen valor tiene un precio, al mismo tiempo en que todo lo que tiene un precio no tiene valor. Tu paradigma me envuelve y me lleva hacia oceanos mas profundos, no es solo el divagar, sino es el cielo que imaginas dentro de tus mares.

Oh Vida, mi interes es solo contarte mis experiencias, pero me sonries y te vas. Dejando detras un monton de situaciones sin resolver.

Me haces pasar por situaciones que no he pensado, que me hacen ver las sonrisas mas alegres de lo que he imaginado y aun asi, no me dejas verlas plenamente, sino a escondidas y en refugios de la indiferencia.

Ten piedad, y aunque tu martirio sea somo el viento esteril, dame el tiempo para conocerla, tal vez sea mi compañera, tal vez le pueda contar de aquellos dias en que tu y yo, solos, descubriamos el mundo.

Y si crees que el tiempo me hara olvidar, es entonces, Vida , que haz de conocerme mas. Por que lo importante no se olvida y para mi las coincidencias no existen.

Haz de darte cuenta ahora que no estoy dispuesto al destino, y si soy cualquier esclavo, no lo voy a negar.
Soy esclavo de mis sueños, pero dueño de mis pasos.

Arrancame eso!, Vida!, Arrancame lo que siempre anhelas. Tu, que aun te desvelas por las ansiedades de la mañana que disfruto. Aun te encelas por las veces en que la miro con tal estupor.., que ensombreces las avenidas sin saber que al dia siguiente me deleitan, y no te das cuenta, ni pudiste predecir con aquel cafè chiapaneco que ya la esperaba. Que celosamente me guardabas entre hojas rayadas, entre ideas desplegadas. Pero yo te enseñe el viento, y tu como transformarlo.

martes, 10 de abril de 2012

Pequeña historia que nunca conte.

Mira, yo siempre he sido teórico, mi fuerte se ha basado en las ideas, cada vez que tengo una experiencia la conceptualizo, es por eso que me volví practico. Te voy a contar una historia.

Una vez tuve una novia, de cara redonda y piernas bien torneadas, ella era buena, como todas. La vez que me le declare no escuche cuando me dio el si, estaba siempre ensimismado con lo que pasaría que nunca puse atención en lo que pasaba. Pensé, la voy a tratar como se debe tratar a las novias, le daré regalos cada vez que pueda y la besare como si fuera la única. Cuando menos se lo espere estaré esperando a las afueras de su casa para esperarla con un ramo de flores. La escuchare cuando este enojada, aunque no lo comprenda, pero lo haré. Entonces en medio del tumulto del colegio, me mando decir que todo había terminado, que ya no éramos novios. No lo entendí. Pero seguí con lo que me concierne. La volví a ver furtivamente pero ya todo había pasado.

Años después volví a tener otra novia, Pensé, a las mujeres no les gusta que las traten bien, se nutren del sufrimiento, a veces ignorarlas y actuar como si nada pasara es lo que se requiere para que entiendan que es solo un momento pasajero. Era muy bonita, atlética, con una sonrisa inolvidable y una voz profunda. Hubo ocasiones en que la ignore completamente, a veces con voz fuerte pero nunca agresiva le hacia ver que no tenia sentido actuar de la manera en que lo hacia, y entendió! Tuve las mejores aventuras, quizá por que así lo había decidido, y tenia el mundo para servirme de el. Pocas veces le lleve flores, pero aquellas resplandecieron de manera impresionante, poca luz, poca agua y cuidado y aun así los pétalos se desplegaban poéticamente. Un día después de platicar con ella y decirle que me preocupaba su felicidad y haciendo hincapié en que solamente ella la obtendría por ella misma y que yo solo seria su compañero incondicional con quien compartir infortunios y bienaventuranzas… me dejo. Trate de hacer lo que pude, volví a mi tradición de enviar flores con citas estupendas, me refugie en las palabras para no perderla. Todo fue inútil, ya estaba perdida y yo al mismo tiempo. Aun no he le borrado del día a día, algo me recuerda a ella, cualquier cosa y ahí esta. Y entonces después de algunas circunstancias a las que me expuse, estoy aquí contando esta historia.

¿Que te deja esta historia?

Desde hace tiempo solo sigo mi corazón, si me equivoco, al menos la sangre seguirá circulando. Mi cerebro lo reservo a los ideales, mi corazón al mundo que me rodea.